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Despertad
En estos momentos inciertos en los que no sabemos nada. En los que la mezcla del miedo impuesto y el sentido común nos obligan a recluirnos, a ser rehenes de nosotros mismos es, precisamente en estos momentos cuando se nos presenta una oportunidad de oro. Más bien, LA oportunidad de oro.
En una sociedad en la que, para vivir, has de automatizar todos los movimientos que haces en ella para poder llevar una “vida normal” (desde que te levantas por la mañana con el despertador hasta que te terminas el día viendo Netflix, todo es un automatismo), este es el momento, ya ha llegado la hora, Catalanes, Andaluces, Gallegos, da igual dónde estéis recluídos.
Tenéis tiempo para pensar. Para reflexionar.
Vamos a tener 40 días (este primer fin de semana anuncia la cuarentena verdadera) para, si nos apetece (libre albedrío en su esencia más pura) decidir qué vamos a querer hacer con nuestras vidas, con nuestros trabajos, con nuestras formas de pensar, con nuestras emociones. Pensar en la manera en la que hablamos, nos relacionamos, amamos. Desde dónde lo hacemos. La vida es muy sabia y nos ha traído un enorme regalo. Al igual que cuando te estás descarrilando en tu día a día, la vida te para y te mete en cama de las más diversas maneras para que reflexiones qué estás haciendo con tu vida. En estos momentos críticos, no pensemos que nos han quitado lo más importante que tenemos, la libertad. Al revés, esta situación nos la ha dado: la libertad de decidir. Eso hemos de hacer. Decidir.
Es el momento para decidir si ese trabajo que haces cada día lo vas a seguir haciendo el resto de tu vida. Es el momento para decidir si vale la pena seguir con esa pareja que no aporta nada en tu vida. Es el momento para decidir si fluir con el río o seguir empujándolo. Es el momento de desatar tu lado más creativo, de invocar a las musas. ¡Calíope, Clío, Erato, Euterpe, Melpómene, Polimnia, Talía, Terpsícore, Urania, yo os invoco! Ayudadnos a aprender a escuchar a nuestro verdadero yo. Ése que, en estos momentos aflora, el que quiere cantar, el que quiere reír, el que quiere crear. Despertad vuestro lado más creativo. Dejar de soñar y hacer. Cantar, escribir, pintar, componer la más maravillosa de las melodías que jamás pensásteis que íbais a hacer. Hacedlo. No habrá otro momento como éste. Lo sabéis. Cambiémonos nosotros para cambiar todo, absolutamente todo. Llegó la hora. Despertad. Es el Momento.